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La complicada carrera de Justin Bieber

Autor: Álvaro
Fecha de publicación: 17 noviembre, 2023

Muchos jóvenes sueñan con ser estrellas del rock, y hasta se preparan a conciencia para ello desde que son críos. Con la ayuda de sus padres, que a veces solo quieren ver disfrutar a sus retoños y en otras ocasiones están más concentrados en crear una gallina de huevos de oro, esos jóvenes se lanzan a la aventura de triunfar en la música. Un camino realmente complicado en el que hay muchos obstáculos, y en el que la frustración es una constante. Porque al final no pueden triunfar todos, aunque tengan talento, aunque le pongan ganas… Y es que como todo en la vida, la suerte también tiene mucho que ver con llegar a lo más alto en la música. El tener contactos, el llamar la atención del manager adecuado en el momento preciso, el contar con el apoyo de una gran multinacional para mover nuestra música… Muchas veces se habla de que con talento y esfuerzo se puede llegar donde se quiera, pero no es lo único necesario, hay mucho más.

En el caso de Justin Bieber, por ejemplo, las estrellas se alinearon para convertir a este jovencito canadiense en una estrella a nivel mundial cuando apenas era un adolescente. De la mano de grandes productores estadounidenses, Justin se coló en las listas de éxito de todo el mundo como una anomalía, un joven que triunfaba en la música sin pasar por Disney Channel o Nickelodeon. La evolución de su carrera no ha sido sencilla, porque cuando empiezas siendo tan joven llega un momento en el que debes virar hacia objetivos mayores. No puedes seguir cantando para adolescentes con treinta años, y de hecho, si quieres desarrollarte como músico, necesitas encontrar nuevas vías de expresión. Pero no siempre es sencillo sacarse de encima ese personaje al que todos adoran para arriesgarte a probar con algo nuevo. En el caso de Justin, su carrera ha estado plagada de polémicas, desde sus relaciones de pareja con celebridades hasta sus controvertidos vídeos bebiendo alcohol o fumando. Sus fiestas con mujeres, su relación con alguna prostituta o su propia soberbia ante los fotógrafos le han valido muchas críticas, pero el chico ha conseguido evolucionar y renacer como un artista adulto y maduro.

Un niño prodigio

Justin nació en Ontario, Canadá, en marzo de 1994. Desde muy pequeño, su madre entendió que el chico tenía un talento natural para la música, así que le animó a probar con todo tipo de instrumentos. Justin comenzó a tocar el piano, la guitarra y la batería siendo todavía un niño, y su madre fue recogiendo aquellos primeros ensayos con su cámara de vídeo, para luego ir subiéndolo todo a Youtube a partir de 2008. Justin participaba en concursos de canto locales y obtenía premios, pero su carrera seguía siendo limitada, hasta que el manager Scooter Braun vio uno de sus vídeos. Asombrado por el talento del joven, le fichó para su discográfica y le puso en contacto con Usher, el famoso cantante de RnB. En 2009, Justin lanzó su primer sencillo, poco antes de que su disco debut viera la luz. El éxito fue inmediato, y en pocos meses, Bieber era toda una estrella en Norteamerica, llegando a cantar para los Obama en la Casa Blanca.

Ídolo para millones de adolescentes

Auspiciado por una gran discográfica y con un gigantesco equipo de compositores, productores y expertos en marketing detrás, Bieber se convirtió en el producto perfecto. Sus canciones comenzaron a sonar por todo el mundo, ganándose el aprecio de millones de fans, especialmente chicas adolescentes que caían rendidas ante los encantos del canadiense. Cada concierto de Justin era como una apoteosis donde miles de estas fans se agolpaban para estar cerca de su ídolo. En 2010, su canción Baby consigue destrozar todos los records y le lleva a una posición de fama aun más popular, con tan solo dieciséis años. Bieber estaba en lo más alto de las listas, colaboraba con las estrellas más grandes del mundo y era requerido en todos los países para realizar conciertos.

Sus siguientes discos fueron también un éxito absoluto, mientras el cantante seguía creciendo y convirtiéndose en toda una estrella. Su relación con Selena Gomez, también artista adolescente, dio mucho que hablar. Al cumplir los dieciocho, Justin comenzó un giro en su carrera en busca de un público más adulto. Como suele ocurrir en estos casos, sus fans de siempre no lo tomaron demasiado bien, y se sintieron relativamente traicionadas. Esto, unido al tremendo hate que el joven ya recibía en Internet, provocó que tuviera ciertos problemas de estabilidad emocional. Había tocado el cielo con quince años y ahora estaba buscando su lugar, pero no le resultaba tan sencillo.

Prostitutas, drogas y demás polémicas

Cuando tienes tanta fama y el foco siempre está puesto sobre ti es evidente que no vas a pasar desapercibido y cada paso que des debe estar muy medido. Bieber lo ha vivido desde que es un crío, y al llegar a la mayoría de edad, siendo rico y famoso, trató de gozar de un poco de libertad. Sin embargo, el cantante vivía también de su imagen de chico perfecto, un modelo a seguir por los demás. Cuando le arrestaron por ir conduciendo supuestamente borracho, con tan solo 18 años, el mundo entero tembló. Tiempo después, Justin fue acusado de escupir a unos fans en Toronto, Canadá. Pero seguramente su primera gran polémica se dio en 2013, cuando una prostituta brasileña filtró unas fotografías junto al cantante en la cama, asegurando que había dormido con él.

La joven local afirmó que Justin había contratado sus servicios por 500 dólares para pasar la noche con ella, y que tenía pruebas. Colgó las fotografías y dio toda la información a los medios de comunicación, asegurando que Bieber era un amor de hombre. En 2014, Bieber fue detenido en dos ocasiones, siendo la última de ellas la más grave, por delitos de vandalismo. Se le condenó a dos años de libertad vigilada y al pago de más de 80.000 dólares a un vecino por daños en su vivienda. El canadiense pasó de ser el chico perfecta un niño malo. Comenzó a tatuarse, a beber y a mostrarse soberbio. Su carrera parecía ir en picado, y por más que sus fans le defendían, su actitud no era la mejor. El odio que recibía era cada vez mayor y muchos ya vieron el final de otro juguete roto. Sin embargo, la música volvió a salvar una vez más a Bieber.

El renacimiento de una estrella

Justin tocó fondo a mediados de la década pasada, teniendo que cancelar conciertos por pura presión psicológica. Pero supo ponerse en manos de especialistas y salir reforzado de todo aquello. Encontró su lugar, se deshizo de las críticas de los fans, comenzó a centrarse en sacar buena música y sorprendentemente, encontró un nuevo público al que dirigirse. Ya no era un ídolo de jovencitas, sino un músico con mucho que aportar al panorama actual. Los que antes le criticaban o se burlaban de él ahora parecían escuchar atentos cualquier canción que sacara. A su vez, también encontró la estabilidad junto a Hayley Baldwin, con quien se casó en 2018. En esta nueva etapa, Bieber parece mucho más centrado y maduro, con las polémicas a un lado, y su carrera presenta un horizonte más que interesante.